“Claudio, tío de Hamlet”, a partir de una idea original de Antonio C. Guijosa , y dramaturgia de Ozkar Galán
Claudio, tío de Hamlet, nace con la acertada misión de dar voz a aquellos personajes que no han tenido la oportunidad de expresar su conciencia, ni han podido justificar sus actos ¿Qué pasaría si de pronto Claudio, hermano del rey Hamlet, no hubiese asesinado por lujuria ni ambición, sino con la intención de derrocar a un tirano?
¿Qué ocurriría si podemos leer entrelineas una realidad matizada del texto de Shakespare, en la que el propio Claudio y la reina Gertrudis nos intentan convencer de sus actos? Pues que el espectador entraría de lleno en este maravilloso juego que nos proponen, y miraríamos el reflejo de esta historia en un espejo de doble fondo.
Porque en el mismo momento en el que el espectador escucha al bufón, al rey Claudio, y a la reina, y desea ser partícipe de esta historia, el público acepta esta versión y queda imbuido de este universo shakesperiano tan moteado.
Nos encontramos ante una magnífica reflexión de los límites del poder, y también del amor, con unos personajes que si se miran al espejo están colmados de buenas intenciones, pero a medida que va transcurriendo la obra también se van posicionando en un mundo ambiguo donde el doble fondo del espejo nos vuelve a mostrar las contradicciones de la vida y los entresijos de la ambición. Porque, por mucha interpelación de Claudio a la platea justificando sus acciones y su buena voluntad, por mucho que Hamlet tarde en cumplir su venganza, al final de la obra, el nuevo rey Claudio se volverá a mirar en ese espejo y, el doble fondo del mismo, le mostrará la imagen de un asesino. El asesino de su hermano que "asesina" a su vez sus iniciales motivaciones.
Magistral juego que hace partícipe al espectador, magistrales interpretaciones las de Ernesto Arias, Verónica Ronda y Eduardo Mayo. Una maravillosa tarde de teatro, y un personaje el de Claudio, del que sin duda alguna no volveré a leer con los mismos ojos en mis próximas relecturas de Hamlet.
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