Ayer, de rebote y sin esperarlo, me sacaron unas entradas para ver a José Manuel Zapata en el auditorio Nacional. Tenía muchas ganas de ver a este tenor en escena pues en las ondas ya me ha conquistado con sus colaboraciones en los distintos programas radiofónicos acercando la ópera al público de una manera sencilla, directa y sobre todo, con mucho sentido de humor.
El concierto para Zapata y orquesta cuenta con el propio Zapata como el gran maestro de ceremonias y está inspirado en uno de los referentes artísticos del tenor: el actor Danny Kaye que compaginó su faceta de actor con la de músico y showman a lo largo de su vida. Al igual que Kaye, Zapata fusiona música y humor de manera envolvente y consigue que la sonrisa, la risa, y la carcajada no deje de acompañarnos en todo el concierto.
Ayer nos deleitamos con la música clásica, pero también con los gags gamberros y divertidos de Zapata apoyados en los códigos de humor del gran Paco Mir (uno de los maravillosos Tricicles).
Daba gusto ver el auditorio lleno de niños y no tan niños, fue una gozada amar la música con este tenor y con la magnífica orquesta Nacional, fue sensacional contagiarnos de la locura y de la pasión y al final, como pasa en todo aquello que está lleno de emoción y de amor, pues nos levantamos de nuestros asientos y gritamos BRAVO a su labor, a su actuación y a sus melodías que llenaron de felicidad el auditorio
No hay comentarios:
Publicar un comentario